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Terremoto y tsunami en Japón

En el año 2011, un terremoto de magnitud 9.0, en la escala Richter, produjo un tsunami que golpeó la costa noreste de Japón, lo que produjo graves repercusiones en varios ámbitos, tanto económico social y poblacional. Según un artículo del CNN, el daño se dio principalmente en las zonas costeras donde se registraron el mayor número de pérdidas humanas y materiales. Se trata del terremoto más grande de la historia de Japón.

A pesar de que Japón está considerado como uno de los países mejor preparados para resistir este tipo de acontecimientos, por su tecnología infraestructural y protocolos de prevención, no pudo con este desastre. Este movimiento telúrico fue incluso más fuerte que el gran terremoto de Kanto en 1923, por lo que aun con sus medidas de preparación hubo grandes repercusiones en el terreno geográfico, donde según los datos arrojados por el gobierno japonés se puede observar el impacto del desastre a gran escala que produjo este movimiento de placas tectónicas. El terremoto causó que las costas de Japón se movieran 2.4 metros hacia el este, incluso que el país entero se hundiera casi un metro debido a la licuefacción y las grandes olas que llegaron a alcanzar los 10 metros de altura, inclusive con los rompeolas y el hecho de que el epicentro fuera en el mar a 130 km del este de Sendai y a una profundidad de 29.9 kilómetros.

La destrucción de viviendas fue una de las principales consecuencias que trajo consigo el terremoto y el tsunami en Japón. Debido a la gran magnitud de los desastres naturales presenciados en el 2011, miles de viviendas quedaron destrozadas, ya que algunas de las casas y estructuras no soportaron el súbito movimiento que provocó el terremoto. Por otra parte, aquellas viviendas que estaban ubicadas relativamente cerca de las playas fueron las que sufrieron los daños más graves, incluso irreparables, a causa del tsunami. Un artículo de Scielo dice al respecto; “Un gran número de edificios, incluso muchos de ellos construidos en hormigón armado, fueron destruidos o sufrieron daños extensos, y una gran parte de la flota pesquera terminó encallada en tierra.” De esta manera es lógico que la vida de los habitantes y el turismo se vieran afectados, ya que gran parte de los edificios se encontraban devastados y destruidos.

A raíz del desastre, la muerte de personas fue un hecho trágico y problemático. Este fue uno de los cuatro terremotos más fuertes del mundo de los últimos 500 años que causó un gran número de muertes. Se registró que el terremoto fue de una magnitud de 9,0 de escala Richter y con la aparición de un tsunami de hasta 10 metros de altura al llegar a las costas.  Según datos oficiales, hubo 1235 réplicas aproximadamente, 19747 muertos, 6152 heridos y 2556 desaparecidos en Japón. Hubo un análisis de 13,135 cuerpos que fueron recuperados el 11 de abril del 2021, donde se reveló que el 92.5% de las personas fallecidas murieron ahogadas. Las víctimas más afectadas fueron personas mayores de 60 años. Desgraciadamente, el terremoto y tsunami ocurrieron en horarios de trabajo o escuela, por lo que niños y jóvenes también fueron vulnerados: 236 menores quedaron huérfanos y 378 estudiantes de primaria y secundaria desaparecieron junto a 158 personas.

Aparte de los daños materiales, el índice elevado de muertes y otras grandes consecuencias que llegaron por el desastre, no se puede ignorar el impacto económico que hubo en la nación por el simple hecho de que el balance que se mostró en su momento, fue de más de 300 mil millones de dólares en daños materiales, sin contar que su réplica del 11 de marzo del mismo año de magnitud  7,4, que surgió en las costas de Miyagi, causó el nerviosismo de los mercados mundiales provocando el aumento del petróleo y la caída del yen, sin contar que el sector automotriz fue un área de debilidad, pues las marcas de Toyota, Honda y Nissan presenciaron una caída en sus acciones. Todo esto dio paso a un presupuesto de 4 billones de yenes para comenzar la reconstrucción del noroeste del país, pero los políticos creyeron que la primera fase de reconstrucción debería necesitar unos tres presupuestos adicionales que alcancen los diez billones de yenes. La crisis que tuvo que afrentar el país llegó en un momento delicado, porque la economía comenzaba a recuperarse y se empezaba a reducir la deuda pública.

En conclusión, las repercusiones provocadas por el terremoto de magnitud 9.0, que fue el causante del Tsunami, fueron devastadoras para los japoneses debido a la fuerza resultante de la suma de ambos desastres naturales que afectaron las viviendas, el turismo, la economía y la productividad. A pesar de que Japón contaba con varias medidas de precaución, los rompeolas y tecnología en infraestructuras, no lograron suprimir los daños, por lo que posteriormente la población tuvo que vivir días amargos con su economía tanto familiar como del país, el hecho más lamentable fue la muerte de miles de personas, teniendo en cuenta todo esto uno podría pensar que el país simplemente no podría recuperarse, sin embargo fue todo lo contrario gracias al apoyo de los pobladores y gestión del gobierno logrando que el país saliera  a delante en tan solo 5 años, incluso lograron tomar este desastre como punto de partida para mejorar en varios aspectos.

 

Bibliografía:

BCN. (2011). Japón: el saldo económico, político y social a un mes del terremoto. Recuperado de https://www.bcn.cl/observatorio/asiapacifico/noticias/japon-a-un-mes-del-terremoto




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